¿Puede dar algunas cifras sobre la actividad de Marsaudon Composites?
La empresa tiene ahora 49 empleados. Cada año, Marsaudon Composites entrega entre 4 y 5 catamaranes nuevos al año, así como moldes y herramientas para la industria náutica. Nuestro volumen de negocio anual oscila entre 5 y 5,5 millones de euros.
¿Cómo se estructura el negocio entre catamaranes de recreo, herramientas y regatas oceánicas, en las que tiene buenas referencias?
Podemos decir que hoy, las carreras oceánicas han terminado. Nuestro principal objetivo es desarrollar el negocio de los catamaranes de recreo. Para ello, lanzamos dos nuevos modelos además del TS42. Se trata del TS3, un deportivo de 35 pies, y del TS5, un crucero de 50 pies en la tradición del TS42. Se crea una marca oficial de TS Catamarans como rama de Marsaudon Composites. Además, queremos mantener nuestro volumen de actividad en la subcontratación y la construcción de herramientas. En la actualidad, los TS 42 representan el 50% de la actividad, el utillaje y los moldes suponen el 25% y el resto se subcontrata para los catamaranes de alquiler de Catlante, es decir, de 1 a 2 multicascos de 70 pies al año.
¿Cuáles son sus perspectivas de crecimiento con este programa?
Hoy en día, sólo tenemos que construir catamaranes TS para venderlos. Ya hemos vendido 5 TS5 del plan. Aunque producimos entre 4 y 5 barcos al año, el objetivo es producir unos diez. Estamos creando una red de ventas para ello.
Desde el punto de vista industrial, ¿cómo va a conseguir mantener el ritmo?
Hoy, con las 3 naves de la base de submarinos de Lorient, tenemos el espacio. La principal limitación es el personal. Me veo obligado a utilizar al máximo los pilares del taller, porque siempre me faltan entre 5 y 7 empleados. Formamos internamente, con aprendices, por lo que hay una rotación para encontrar al empleado adecuado. Prefiero contratar a una persona motivada que no conozca el compuesto que a un experto medianamente motivado.