Marina: "Pasando de gestionar la escasez de amarres a ganar clientes"

Un puerto deportivo casi vacío

BoatIndustry.com ha intercambiado con Adrien Sanquer de la compañía Wiinch, consultoría en la gestión de puertos deportivos. Una oportunidad para evocar sus misiones y su visión de la evolución del mercado y del desarrollo portuario.

Adrien Sanquer es el fundador de Wiinch, una empresa de consultoría en el sector náutico. Comparte con BoatIndustry su visión del mercado de los puertos deportivos.

Usted trabaja con los diferentes actores de la gestión de los puertos deportivos. ¿Puede explicarles sus tareas?

Trabajo como consultor para autoridades locales, CCI y grupos privados que gestionan puertos deportivos. Les aporto mi experiencia en términos de desarrollo. Les ayudo a elegir el método de gestión adecuado, a través de diferentes estatutos como las empresas públicas locales, pero también a definir la estrategia náutica del territorio traduciendo la intención política a nivel nacional o local. En la práctica, dirijo grandes equipos, con una visión transversal, económica y no sólo técnica, con una metodología para trabajar con todos los actores. El objetivo es ayudar a las autoridades locales a tomar las decisiones correctas. Después de unos quince años como empleado para este tipo de misión, fundé mi empresa, Wiinch en mayo de 2018.

Puerto deportivo de Royan

¿Cómo ve la evolución de los puertos deportivos?

El mercado de los puertos deportivos está cambiando. Hay una erosión del propietario tradicional y una evolución de la oferta náutica a gran velocidad. Se necesitan diferentes prácticas para atraer a nuevos usuarios. Los puertos tienen un papel que desempeñar y deben cambiar, tanto en términos de desarrollo como de gestión. Estamos pasando de la gestión de la escasez de amarres de las últimas décadas a una política de captación de clientes. Para ello, es interesante la gestión de los puertos de una red. También es posible desdensificar los puertos, lo que liberará espacio de maniobra para los navegantes, a menudo menos experimentados. Esto también permite disponer de metros cuadrados para espacios flotantes, como el alojamiento.

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El entorno es agresivo, con pérdidas de explotación y, en particular, el aumento de los costes de dragado. Es un modelo económico peligroso, muy ligado a las comunidades, que se parece a los pequeños aeropuertos de las regiones. Ya no podemos esperar a que la gente venga y se inscriba en las listas de espera. Los puertos deben desarrollar servicios internos o ayudar a los responsables de proyectos náuticos a probar sus ofertas liberando rápidamente el espacio. Hay un verdadero desafío.

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