Especialista en comunicación por satélite para buques desde 2001
La empresa Thalos, con sede en Lorient, se fundó en 2001. Nació de la necesidad de que los buques pesqueros tuvieran acceso a los datos de los satélites de alta mar, sobre todo para su software de oceanografía. "Nuestro papel es aportar conectividad. Nuestros clientes son profesionales que navegan en alta mar, ya que los datos satelitales sólo tienen un interés real más allá de las 20 millas náuticas de la costa. Nuestra primera misión es asesorar al cliente para que elija correctamente entre los diferentes paquetes y antenas en función de las bandas de frecuencias, constelaciones de satélites para que se corresponda con sus necesidades. Luego vendemos el hardware y lo desplegamos en el barco", explica Delphine Robinet, directora de marketing de Thalos.
Oceanbox, un servidor desarrollado por Thalos para el barco
Para responder a las necesidades específicas de la comunicación por satélite, Thalos ha creado un servidor llamado Oceanbox. Todo el software es desarrollado internamente por el equipo de I+D de la empresa bretona. Oceanbox gestiona las comunicaciones por satélite, la red de a bordo, comprime los archivos enviados, gestiona las transferencias de vídeo o fotos a través de un ftp que permite el procesamiento automático para evitar problemas relacionados con las interrupciones de la conexión, procesa las comunicaciones What'sApp, etc. "La idea básica era evitar los costosísimos paquetes fuera de servicio en el satélite, bloqueando cosas como una actualización de Windows no solicitada. Por ejemplo, para un equipo de Class40 con un presupuesto limitado, podemos bloquear el envío de imágenes en What'sApp. También podemos desarrollar funciones a la carta", afirma Dorig Robin, director comercial de carreras oceánicas.
Las regatas oceánicas, un vector de diversificación e innovación
Al entrar en el mercado de las regatas oceánicas con su socio instalador ROM Arrangé, Thalos se ofrece una diversificación, un escaparate y una oportunidad de innovación. "En particular, hemos adaptado nuestros módulos existentes a diferentes entornos, como el procesamiento de la voz en un IMOCA muy ruidoso. También hay limitaciones de peso y consumo de energía y una necesidad de automatización", explica Dorig Robin.
"Es un círculo virtuoso en un sector acostumbrado a la innovación. También nos prepara y nos permite demostrar que conocemos el campo de la navegación con la llegada de nuevos buques comerciales con propulsión velelic", se congratula Delphine Robinet.