Facilitar las maniobras de amarre
El dispositivo Myor, por My ormeggio, que significa amarre en italiano, nació de la mente de un navegante, Luigi Ramari. El empresario lombardo, que también es diseñador para el sector de la automoción, partió de su propia experiencia y de las dificultades que encontraba al maniobrar en el puerto. Trabajó en una solución para facilitar el amarre de los barcos en el muelle sobre un péndulo, como es habitual en el Mediterráneo. "Hizo los primeros prototipos en 2019, llamados Myor Uno y Myor Dos. Se ha presentado una patente y los primeros modelos se ultimaron en el verano de 2020", informa Federica Bock, que acompaña a Luigi Ramari en el lanzamiento del producto.
Un equipo flexible para dejar en el muelle
El sistema Myorflex está diseñado para barcos de vela y motor de hasta 16 metros. Consiste en un marco flexible y correas, fijado al muelle, que sobresale del agua. En la cabeza de la boya de amarre se fija un dispositivo equivalente para la proa. Al regresar al puerto, el navegante retrocede hasta el muelle, pero en lugar de tener que fijar sus cabos en tierra, simplemente lanza 2 agarres a través del marco de Myor. Al engranar la marcha adelante, las pinzas se clavan en el armazón, manteniendo la embarcación a la distancia deseada del muelle. Lo único que tiene que hacer la tripulación es recuperar la percha o enganchar la boya con una embarcación estabilizada. Entonces puede retroceder y pasar las líneas de amarre tradicionales en el muelle, sin riesgo de dañar su espejo de popa, como se muestra en el vídeo al final del artículo.
Encuentre un distribuidor para ofrecer Myor a los navegantes
La solución técnica está ahora validada para Luigi Ramari, que quiere pasar al desarrollo comercial. Para ello, Myor quiere unir fuerzas con empresas del sector náutico. "Estamos buscando socios para masificar la producción y la comercialización, en Italia y en Europa. Hoy en día, sólo hay unos pocos productos fabricados por Luigi Ramari", explica Federica Bock. Todos los gestores portuarios atestiguan que el miedo a la maniobra de captura del pontón es uno de los principales obstáculos para sus clientes. La validez de la solución de Myor puede ser discutida, pero tal vez sea un paso para que la gente quiera seguir descubriendo el arte de las maniobras, ¡sin necesidad de agarrarse!