Con motivo del 75º aniversario de la marca de electrónica marina Simrad, hablamos con su director general Mike Fargo, que se incorporó a la empresa en 2004. Responde a las preguntas de BoatIndustry sobre la historia de la marca, pero también sobre su visión del futuro de la electrónica marina.
En los 75 años de existencia de Simrad, ¿cuáles han sido para usted los momentos clave y las contribuciones al sector?
Para empezar, no hay muchas empresas con 75 años de antigüedad, especialmente en el sector de la electrónica. Simrad ha creado muchos productos emblemáticos. Para empezar, la radio que le da nombre. Simrad proviene de Simonsen Radio, creada después de la guerra para los buques mercantes. En 1950, fabricamos la primera sonda de pesca, y luego el radar. En 1982, hubo el primer piloto automático. Más recientemente, en 2009, con el lanzamiento del BR24, el primer radar de banda ancha, cambiamos realmente el mercado. Estábamos solos al principio y podríamos haber abandonado. En la actualidad, ya ha evolucionado 3-4 veces desde su lanzamiento.
¿Cuáles han sido las colaboraciones más importantes con los socios de Simrad?
Trabajamos con muchos socios, constructores de barcos y fabricantes de equipos. En particular, llevamos más de 15 años trabajando con el Grupo Brunswick, tanto con Mercury como con las marcas de barcos y los equipos C-Zone, por ejemplo. Es una gran imagen de colaboración y la llegada de Navico a Brunswick es una bonita consecuencia.
¿Cómo ve el futuro de Simrad, especialmente a través de la automatización de los barcos?
Desde un punto de vista personal, creo que barco autónomo no es la palabra adecuada, aunque debería utilizarse como en otros sectores. Implica poner al navegante fuera de la embarcación. En cambio, hay que ayudar al navegante para que pueda concentrarse en lo que le interesa en la navegación. Tenemos que mantenernos en el ADN de Simrad, para ofrecer un alto rendimiento en todas las situaciones, como hacemos con los barcos de trabajo y los yates. Los sistemas son cada vez más complejos. Somos buenos juntando datos y seguiremos haciendo estas interconexiones. Siempre ha habido automatización, en el AIS, en la cartografía... La industria está al principio del camino. El primer paso es asegurarse de que los equipos de los socios hablen entre sí. El siguiente paso es facilitar al navegante. Estamos trabajando con los astilleros para desarrollar más soluciones integradas, sobre todo para los barcos grandes, y luego extenderlas a los más pequeños.
¿Qué impacto tiene la integración en el Grupo Brunswick?
Ya existe un gran intercambio de tecnología dentro de Navico con Lowrance y B&G en cuanto a lo que utilizan los navegantes. Esto también ocurrirá en Brunswick. Nuestro enfoque de la automatización es muy similar al de Brunswick en su estrategia ACES.
¿Qué consecuencias puede tener la crisis del Coronavirus en la electrónica marina en términos industriales y su lugar en los barcos?
Se habla mucho de simplificar, sobre todo los barcos. Eso no siempre significa menos electrónica, sino hacerlo mejor. En Navico nos hemos beneficiado de la llegada de los nuevos navegantes y creo que el crecimiento seguirá siendo importante porque necesitan ayudas a la navegación. En cuanto a la cadena de suministro y la organización, siempre hemos sido muy internacionales, con una importante presencia en Italia, Nueva Zelanda, el Reino Unido... Seguimos confiando en nuestra gran fábrica de México y en nuestros proveedores de Asia.