Freno normativo a las fibras naturales en el sector marino
Desde hace muchos años aparecen en los barcos distintos tipos de materiales biocompuestos a base de fibras naturales, como el lino, el cáñamo o el bambú. Pero cada vez, para uso estructural, se trata de unidades únicas o de pequeñas series, por una razón que nos explica Tristan Mathieu, responsable de aplicaciones técnicas y compuestos de la cooperativa Terre de Lin, principal proveedor de fibras de lino en Francia: "Llevamos mucho tiempo trabajando en la integración del lino en el sector naval para piezas estructurales en diversos proyectos. Para uso decorativo, ya no es un problema, pero para uso estructural, sigue habiendo problemas de reglamentación. Cuando IDB Marine lanzó su gama, tuvo que hacerlo sobre una base de autocertificación, porque el lino no cumplía ciertos elementos de prueba de la norma ISO. Por su parte, los grandes astilleros explican que no pueden utilizar la fibra si no existe una certificación sencilla y repetible. Por eso hemos puesto en marcha un estudio para ver cómo se pueden incluir las fibras naturales en la norma
Pruebas adaptadas a las fibras naturales
Algunos ensayos convencionales no dan resultados para las fibras naturales, cuyo comportamiento es diferente del de las fibras de vidrio y de carbono. Por ejemplo, los ensayos de compresión y de cizallamiento intralaminar o por pelado realizados de acuerdo con la norma no dan valores utilizables, lo que deja a estas fibras artificialmente "fuera de juego". Se ha constituido un grupo en torno a ICNN, Terre de Lin, SIE, la Universidad de La Rochelle y Novamotum.
Tristan Mathieu explica el proceso: "De forma no partidista, fuimos a ver a la RICN para elaborar una lista de los elementos necesarios para la certificación de embarcaciones con todas las fibras naturales: caracterización mecánica a realizar, definición de procedimientos de ensayo, etc. A continuación, calculamos los requisitos necesarios para este estudio y salimos a buscar socios: arquitectos navales, astilleros, laboratorios, tejedores, proveedores de resinas, etc. para implicarlos en el proyecto. A continuación, calculamos los requisitos necesarios para este estudio y salimos a buscar socios: arquitectos navales, astilleros, laboratorios, tejedores, proveedores de resina, etc. para que se implicaran en el proyecto. El reto consiste también en definir las normas industriales
Anticipar el cambio ecológico
El estudio no debe limitarse a los aspectos mecánicos. Para marcar la diferencia de cara a futuros criterios medioambientales y limitaciones del impacto de la construcción naval, la investigación estudiará también la huella de carbono de las fibras naturales y los biocompuestos relacionados. Es mucho lo que está en juego para los tejedores, porque si el mercado de los barcos de producción se abriera más ampliamente, el volumen de salidas aumentaría mucho.