Desde hace varias semanas, la participación del buque escuela Shtandart en las Fiestas Marítimas de Brest, previstas del 12 al 17 de julio de 2024, está rodeada de polémica. Réplica histórica de una fragata rusa, al Shtandart se le denegó el acceso a los puertos de Finistère mediante un decreto prefectoral del 7 de julio de 2024. Esta decisión es el resultado de una reciente modificación de la normativa de la Unión Europea, que incluye a los "buques réplica históricos" en las medidas restrictivas dirigidas a los buques que enarbolaban pabellón ruso antes de febrero de 2022.
Historia y misión del Shtandart
El "Shtandart", construido en 1999 en San Petersburgo por un equipo dirigido por el arquitecto naval Vladimir Martus, es una réplica fiel de una fragata rusa del siglo XVIII. Utilizado principalmente como buque escuela, participa en viajes educativos destinados a fomentar la amistad entre los pueblos y transmitir antiguas tradiciones marítimas. A pesar de sus orígenes rusos, el Shtandart ha atracado a menudo en puertos europeos para participar en diversos actos marítimos y culturales.
La decisión del prefecto y sus implicaciones
Francia ajustó recientemente su política portuaria para incluir los "buques réplica históricos" en las medidas restrictivas, en virtud del Reglamento (UE) 833/2014 modificado el 24 de junio de 2024. La prohibición de acceso a los puertos de Finistère pretende evitar cualquier alteración del orden público y llega, por tanto, en un momento tenso de las relaciones internacionales, marcado por la invasión de Ucrania y las sanciones impuestas por la Unión Europea a Rusia. Sin embargo, la presencia del Shtandart en Francia había sido tolerada en el pasado durante ediciones anteriores de las Fêtes maritimes, lo que plantea interrogantes sobre la reciente decisión de la prefectura de Brest.
Reacciones y posicionamiento de la tripulación de Shtandart
Ante esta prohibición, la tripulación del Shtandart expresó su decepción y denunció una forma de " acoso dirigido a su barco". Hacen hincapié en que el Shtandart no supone ninguna amenaza para el orden público, y subrayan su papel educativo y cultural en el fomento de los intercambios internacionales entre marineros y aficionados al mar. Piden que se reconozca la misión pacífica del barco, alejada de las actuales tensiones políticas.
Vladimir Martus, capitán del Shtandart, que concibió la idea de construir una réplica del barco y dirige la aventura desde principios de la década de 1990, se describe a sí mismo como un opositor a Putin.
Consecuencias para Shtandart
La prohibición de acceso al puerto de Brest hace temer por la futura participación del Shtandart en acontecimientos marítimos internacionales. Al suspender su participación en las Fêtes maritimes de Brest, el barco ve peligrar sus compromisos previstos y corre el riesgo de no poder cumplirlos misiones educativas y culturales en Francia.
Debates en torno a las sanciones de la UE
Esta polémica pone de relieve las dificultades que plantean las sanciones de la Unión Europea a los buques históricos y su impacto en la conservación del patrimonio náutico mundial. También plantea interrogantes sobre la gestión de las relaciones diplomáticas marítimas y la protección de las manifestaciones culturales internacionales frente a las tensiones geopolíticas.
El asunto Shtandart ilustra la compleja interacción entre seguridad nacional, patrimonio cultural y diplomacia marítima. Exige que se estudie detenidamente el modo en que la normativa internacional puede influir en las actividades de los buques históricos y educativos, preservando al mismo tiempo los valores de cooperación y entendimiento entre las naciones de todo el mundo marino.