Desde sus orígenes, los astilleros AMEL se han hecho un hueco en el mundo de la náutica gracias a su experiencia única y a una visión centrada en la satisfacción del cliente. Al mismo tiempo, la empresa presta especial atención al bienestar de sus empleados, al tiempo que trata de reducir su impacto medioambiental.
Una experiencia única, el legado de Henri Amel
Henri Amel (1913-2005), apasionado de la vela desde muy joven, inculcó a su empresa un espíritu de innovación y rigor. Empezó como carrocero y pronto se dedicó a la construcción naval, antes de instalarse en La Rochelle en los años sesenta. Gracias a su experiencia y a su visión, diseñó veleros robustos y fiables, aptos para largas travesías, ya fuera solo, con una pequeña tripulación o con toda la familia. Hoy en día, esta herencia sigue guiando a los equipos del astillero, que perpetúan este compromiso con la calidad.
Condiciones de trabajo innovadoras
Desde el principio, Henri Amel situó el bienestar de sus empleados en el centro de sus preocupaciones. Introdujo horarios de trabajo más flexibles, como la semana de 37 horas en un momento en que la norma era de 40 horas. En 1981, introdujo un plan de pensiones y una participación en los beneficios para los empleados.
Hoy en día, esta filosofía continúa con el refuerzo de los equipos de Recursos Humanos, que incluyen un componente HSE (Salud-Seguridad-Medio Ambiente) para mejorar continuamente las condiciones de trabajo. Los talleres están equipados con herramientas modernas, climatizadas y adaptadas a las necesidades de los empleados, al tiempo que se fomenta la flexibilidad horaria y el diálogo diario entre equipos y directivos.
Diversificación de profesiones y competencias
En la actualidad, los astilleros AMEL reúnen a una treintena de oficios diferentes, desde laminadores hasta carpinteros, electricistas e instaladores. Estos oficios, esenciales para la fabricación de veleros, están respaldados por equipos de apoyo muy estructurados, sobre todo en los ámbitos de los métodos y la oficina de proyectos, así como de la comunicación. De este modo, se pueden supervisar los proyectos de ecodiseño y de análisis del ciclo de vida de los barcos, con vistas a una mejora continua.
Evolución de los modelos AMEL
Las embarcaciones AMEL han evolucionado con el tiempo, pero conservando sus rasgos emblemáticos, como el balcón rígido y la bañera central donde se agrupan todos los mandos. Estas características, sinónimo de seguridad y confort, siguen presentes en los modelos actuales, el AMEL 50 y el AMEL 60. Los equipos de Périgny siguen combinando experiencia y modernidad en el diseño de estos yates, construidos con los altos estándares de calidad por los que AMEL es conocida en todo el mundo.
Dos modelos que siguen siendo populares
En el Salón Náutico de Cannes de septiembre de 2024, AMEL expuso el modelo número 100 de su yate de 50 pies, lo que demuestra claramente, siete años después de su lanzamiento, el éxito de este modelo, para el que aún se tardan 18 meses desde el pedido hasta la entrega. Lo mismo ocurre con el AMEL 60, cuyo modelo número 30 acaba de venderse.
Para mantener una calidad de construcción y una fiabilidad óptimas, los astilleros AMEL limitan voluntariamente su producción a 20 yates al año (15 AMEL 50s y 5 AMEL 50s)
AMEL 60).
PHARE: un proyecto de futuro
Los nuevos edificios que se están construyendo en Périgny, en el emplazamiento histórico de los astilleros AMEL, bajo el nombre de proyecto PHARE (Préserver l'Héritage Amel et Réinventer Ensemble), simbolizan el compromiso del astillero con la innovación, respetando al mismo tiempo el legado de Henri Amel.
Las nuevas instalaciones, cuya entrega está prevista para 2026, están diseñadas para optimizar la producción, reducir el número de movimientos internos de las naves durante la fase de montaje y mejorar aún más las condiciones de trabajo de nuestros equipos. También forman parte de un esfuerzo por reducir el impacto medioambiental de la empresa, manteniendo al mismo tiempo un alto nivel de seguridad.