Una decisión difícil pero inevitable
En un comunicado de prensa, los organizadores explican que, a pesar de los intentos por adaptarse a los cambios del sector, el salón no ha logrado una rentabilidad suficiente en los últimos años. Según Benny Karlsson, director comercial del recinto ferial Gothia Towers:
"El proyecto ha evolucionado con el tiempo, pero por diversas razones el espectáculo no ha sido suficientemente rentable. Cuando las condiciones cambian, tenemos que tomar decisiones empresariales acertadas"
Los retos económicos, los cambios en las pautas de compra y las expectativas cambiantes de expositores y visitantes han dificultado el mantenimiento del certamen.
Una edición final para celebrar la navegación
El último salón reunirá a más de 200 expositores, ofrecerá avances de nuevas embarcaciones e inaugurará un nuevo espacio dedicado a la vela. A pesar de la tristeza que rodea este cierre, los organizadores desean ofrecer una última experiencia memorable a los visitantes y profesionales presentes.
"Queremos evitar rumores y especulaciones durante el evento. Es una decisión triste pero necesaria, y esperamos que esta última edición sea una oportunidad para celebrar lo que siempre ha hecho tan rico a este espectáculo", añade Karlsson.
Un legado duradero
Desde su creación hace más de 60 años, el Salón Náutico de Gotemburgo ha sido un pilar de la escena náutica escandinava. Ha contribuido a mostrar innovaciones, promover la náutica de recreo y estrechar lazos dentro de la comunidad marítima.
Aunque los organizadores no descartan un posible regreso si mejoran las condiciones económicas e industriales, de momento no hay planes concretos.
La clausura de este emblemático salón refleja los retos actuales de la industria náutica, que se enfrenta a rápidos cambios y a los imperativos de la rentabilidad. Sin embargo, esta última edición ofrece una oportunidad única para rendir homenaje a un acontecimiento que ha dejado huella en generaciones de aficionados a la vela y la náutica.