Baja la asistencia, pero su influencia es innegable
A pesar de la impresionante afluencia de público, la asistencia al Boot descendió un 9,7% con respecto al año anterior. Un descenso que parece medido, dadas las dificultades que atraviesa actualmente el sector.
El espacio desocupado en algunos pabellones y los pasillos ligeramente más anchos reflejan un contexto económico incierto marcado por el aumento de los costes de producción, las tensiones logísticas y los cambios en las prioridades presupuestarias de los consumidores. No obstante, el impacto global del Boot sigue siendo inigualable, muy superior al del salón de Miami (100.000 visitantes) o al del Festival Náutico de Cannes (55.000).
Después del agonía del Paris Nautic , l' anulación de la bota holandesa y en la feria de Gotemburgo a menudo se ha predicho que la Boot de Düsseldorf sería la próxima feria de interior en desaparecer. Pero esta institución alemana, al igual que su vecina METS de Ámsterdam, ha conseguido mantener su atractivo entre los expositores y adquirir el estatus de cita emblemática e ineludible.
Consolidación de los principales actores
Boot 2025 ilustró el poder creciente de los grandes grupos industriales. El Grupo Bénéteau dominó el salón por el número de barcos expuestos y su diversificada gama, que incluye el único catamarán presentado en el salón, el Excess, y conceptos innovadores como el Island Cruising Concept. Brunswick, el gigante americano, agrupó sus marcas en un pabellón casi exclusivo, poniendo de relieve su hegemonía en el mercado de las embarcaciones a motor.
Un barómetro bajo presión
A pesar del descenso de asistencia, Boot 2025 sigue siendo un indicador clave para la industria náutica mundial. Refleja una doble realidad: por un lado, la consolidación de los líderes históricos, que siguen impulsando la innovación y la diversificación, y por otro, los crecientes retos para las "pequeñas marcas", enfrentadas a un mercado cambiante.
Si bien el número de visitantes de la Bota 2025 es una agradable sorpresa para nuestro ecosistema, esperemos que el rechazo que sufre la industria no sea demasiado perjudicial para las pequeñas estructuras que generan diversidad en nuestros lagos y ríos.