Bysco: Biso de molde como aislante y refuerzo para materiales compuestos

Bysco propone un nuevo material para la construcción de embarcaciones de recreo. Este no tejido con propiedades aislantes, derivado del biso del mejillón, podría dar una nueva vida marítima a este subproducto de la mejicultura.

Materia prima natural para materiales compuestos

Los biocomposites son un campo en rápida expansión. Si bien el uso de materiales naturales como el lino, el bambú y el corcho es ya bien conocido en la industria náutica, aunque todavía no está muy desarrollado, se están estudiando otros materiales. Bysco, una empresa con sede en Nantes, se ha interesado por el biso de los moldes, los filamentos adheridos a los moldes, conocidos comúnmente como barbas. La empresa ha desarrollado un material no tejido para su uso en materiales compuestos, comparable a los fieltros utilizados habitualmente en piezas de fibra de vidrio o de carbono.

Propiedades acústicas y térmicas

Además de sus ventajas medioambientales, que incluyen evitar el uso de materiales plásticos y reciclar los subproductos de la cría de mejillones no utilizados, Bysco destaca las propiedades del material. Su rendimiento como aislante térmico es alto, comparable al de los productos de poliuretano. Sus cualidades de aislamiento acústico son elevadas, gracias a la torsión natural de la fibra, que le confiere sus propiedades fonoabsorbentes. Menos caro que las espumas de melamina de gama alta, su rendimiento es sólo un 10% inferior, según el fabricante.

La certificación contra incendios está en curso, pero el byssus tiene propiedades ignífugas naturales.

Productos integrables en las embarcaciones

Bysco ha desarrollado dos productos estándar en su catálogo. Byscoplak, un tablero ligero con una densidad de 2 kg/m2, es ideal para el aislamiento de muebles. Byscoflex, que se presenta en forma de rollo y tiene una densidad de 500 g/m2, puede incorporarse a piezas compuestas convencionales, con propiedades mecánicas intermedias entre el fieltro y la espuma.

Bysco ya ha fabricado prototipos para diversos mercados, entre ellos el ferroviario, con un suelo de TGV y un panel frontal de autocaravana, así como accesorios y equipajes aislados. Está en marcha un proyecto náutico confidencial, pero no faltan aplicaciones concebibles, desde el aislamiento del compartimento del motor hasta el fieltro, el aislamiento y el revestimiento del casco, sobre todo para barcos de aluminio.

En la actualidad, la empresa está recaudando fondos para pasar a una fase más industrial. Con unos yacimientos franceses de bisoal estimados en 4.500 toneladas anuales, según un estudio de France Agri-Mer, la empresa, que actualmente sólo se abastece en la bahía del Monte Saint-Michel, tiene aún un brillante futuro por delante.

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