En un momento en el que la propulsión eléctrica gana terreno en el sector náutico, Gori Propeller propone una hélice híbrida capaz de producir electricidad al tiempo que garantiza un rendimiento óptimo a vela. Esta innovación está diseñada para satisfacer las crecientes necesidades de los navegantes en términos de eficiencia energética y sostenibilidad.
Una innovación para la regeneración energética

En el contexto de la transición energética, cada vez son más los yates equipados con motores eléctricos. En respuesta a esta tendencia, Gori Propeller ha diseñado una hélice plegable con un sistema de bloqueo integrado que mantiene las palas abiertas cuando la prioridad es la regeneración. A continuación, un mecanismo libera las palas para que se plieguen cuando la prioridad es el rendimiento de navegación.
La maniobrabilidad de la embarcación sigue siendo idéntica a la de la hélice estándar de 3 palas, ya que este nuevo modelo se beneficia del mismo paso hacia delante y hacia atrás que la hélice convencional de 3 palas.
Compatibilidad con sistemas de propulsión eléctricos e híbridos

Cuando el barco está navegando y ya no necesita generar electricidad, las palas pueden replegarse para reducir la resistencia y optimizar la velocidad. Este cambio entre rendimiento hidrodinámico y regeneración de energía puede hacerse en función de las condiciones de navegación, las necesidades eléctricas a bordo o el modo de propulsión seleccionado.
Esta hélice es compatible con transmisiones de eje convencional o saildrive, con diámetros comprendidos entre 18 y 30 pulgadas, y la gama se ampliará a modelos más pequeños. Se dirige tanto a embarcaciones de recreo como a yates de regata y cruceros oceánicos, con vistas a optimizar la autonomía energética.
Perspectivas de integración y desarrollo futuro
Las pruebas en muelles y luego en condiciones reales, realizadas en Dinamarca, han validado la eficacia de la regeneración a distintas velocidades. Gori señala que la producción de energía depende del par generado por el motor eléctrico utilizado como generador, así como de la velocidad de la embarcación. Aunque la configuración ofrece algunas ventajas interesantes, requiere cierta adaptación de las prácticas a bordo, sobre todo para los navegantes poco familiarizados con los sistemas híbridos.

En términos industriales, esta hélice representa un paso adelante hacia una navegación más autónoma y con bajas emisiones de carbono. Podría interesar especialmente a los astilleros especializados en embarcaciones eléctricas o híbridas, así como a los arquitectos navales que deseen incorporar soluciones alternativas a sus diseños. Ya se han establecido asociaciones con fabricantes de motores para probar la compatibilidad y el rendimiento del dispositivo.
El desarrollo de la hélice híbrida ilustra una tendencia fundamental hacia equipos náuticos capaces de combinar eficacia mecánica y aportación energética. Aunque la tecnología aún debe democratizarse, está sentando las bases de una nueva generación de hélices que responderá a los retos de los yates del mañana.