Una pausa en la escalada aduanera

Ante la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de introducir una tregua arancelaria general de 90 dÃas, con la notable excepción de los productos chinos, Bruselas ha respondido congelando sus medidas de represalia sobre una serie de productos, entre ellos las embarcaciones de recreo fabricadas en Estados Unidos. Los impuestos, que oscilaban entre el 10% y el 25%, se habÃan revisado inicialmente al alza como parte de las medidas de contrasanciones adoptadas en 2018.
Esta decisión ha sido acogida como un signo de apertura en plena reanudación de las negociaciones comerciales. El Comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, viajó recientemente a Washington para iniciar las conversaciones. "Queremos dar una oportunidad a los debates ", declaró Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea.
Un soplo de aire fresco para el sector marino

La National Marine Manufacturers Association (NMMA), que representa a la industria náutica norteamericana, ha expresado su alivio. Según la asociación, la congelación ofrece un bienvenido respiro a fabricantes, distribuidores e importadores, cuyos flujos comerciales se habían visto perturbados durante varios años.
En Europa, los profesionales de la náutica esperan que el mercado se estabilice. La continua incertidumbre sobre los precios repercute directamente en las decisiones de importación, las previsiones de ventas y la viabilidad económica de muchos distribuidores. Para los distribuidores europeos, la suspensión se ve como una oportunidad de reavivar las relaciones comerciales con los astilleros americanos.
Contexto internacional incierto
Pero la tregua sigue siendo frágil. Mientras Europa y Estados Unidos muestran su disposición al diálogo, la situación mundial sigue siendo inestable. El repentino aumento de los derechos de aduana sobre los productos chinos por parte de Estados Unidos -hasta el 145%- y las inmediatas represalias de PekÃn (impuestos del 125% sobre los productos estadounidenses) reavivan el fantasma de una guerra comercial generalizada.
En este contexto, los profesionales de la náutica tienen que hacer frente a la volatilidad estructural de las condiciones comerciales. Sobre todo porque algunas piezas de recambio y componentes electrónicos proceden directamente de países asiáticos afectados por estas nuevas medidas.
Vigile de cerca
La suspensión decidida por la Unión Europea sólo es válida hasta el 14 de julio de 2025. Hasta entonces, la suerte de los derechos de aduana sobre los barcos estadounidenses se decidirá en función de los avances diplomáticos. Mientras tanto, los importadores y distribuidores europeos de marcas americanas deben permanecer vigilantes y anticiparse a cualquier marcha atrás en la política comercial.