Con motivo de su conferencia de otoño, Hervé Gastinel, Presidente del Grupo Bénéteau, concedió una entrevista exclusiva a BoatIndustry. En esta tercera parte, ofrece su análisis sobre la evolución del sector náutico mundial, entre la concentración industrial y el respeto al medio ambiente.
Ha habido muchas adquisiciones y fusiones en la industria naval en Europa y Estados Unidos, ya sea de astilleros, fabricantes de motores marinos o proveedores de equipos. Hemos visto a BRP comprar marcas de barcos, a Yanmar entrar en el negocio del alquiler y a Fountaine-Pajot hacerse con los veleros Dufour. ¿Cuál es su análisis de este movimiento?
No cabe duda de que se está produciendo una aceleración del fenómeno de la concentración en la industria náutica. Estamos viendo lo que ocurre en todas partes, también en Estados Unidos con Malibu Yachts. También podemos ver que las cosas se están moviendo con los fabricantes de motores, que están reequilibrando sus planes de productos. Está el ejemplo de Marine Max, que se está desarrollando cada vez más a contracorriente. Yamaha también debería hacer algunos anuncios. Podemos ver que no hay un modelo único. El modelo del Grupo Bénéteau sigue centrándose en la matriz de barcos de 15 a 100 pies y en todos los servicios. Upstream no es nuestro proyecto.
La guerra comercial lanzada por Estados Unidos es otro elemento en el contexto internacional. ¿Qué impacto ha tenido en el Grupo Bénéteau hasta la fecha?
En general, parece que las cosas se están calmando tras un periodo de pánico. No hubo un impacto importante a nivel de grupo. Se calcula que nos habrá costado unos 4 o 5 Meuros a lo largo del ejercicio 2017/2018. La situación con México se ha resuelto.
Canadá, el mayor mercado para nuestras marcas americanas, afectado por un impuesto del 10%, está en proceso de llegar a un acuerdo. En cuanto a la Unión Europea, parece que también se está negociando un acuerdo. Esto nos lleva a la necesidad de que el Grupo Bénéteau se desensibilice ante la amenaza de las guerras comerciales, trasladando la producción de barcos lo más cerca posible de las zonas de consumo.
Los barcos al final de su vida útil son un reto para la industria. ¿Cuál es la posición del Grupo Bénéteau al respecto? ¿Qué papel pueden desempeñar los concesionarios?
Nos involucramos muy pronto. El sector náutico está colectivamente atrasado en cuestiones medioambientales. Empieza desde cero. Aplicamos las normas ISO 14001 para el medio ambiente y, en particular, para las emisiones de estireno, y la ISO 50001 para la gestión de la energía. Hay un gran reto para salir de los botes de vacío.
Todavía hay que aclarar los recursos y los aspectos normativos. Hay que mantener un debate tripartito con los concesionarios y los clientes. Hemos tenido el ejemplo de las primas de desguace en la industria del automóvil. Esto también implica un diseño ecológico al pensar en el desmantelamiento de las piezas desde el principio. Se trata de un enfoque en el que participa el grupo.